Me propuso una primera actividad, a modo de prueba, para ver si su idea fluía y les gustaba a l@s pequeñ@s.
Me propuso que cada niño se dibujase a sí mismo, tal y como ellos se veían. La idea me desconcertaba un poco porque no sabía a donde quería llegar...
A toda prisa, nos pusimos manos a la obra. Ella, Rosa, disfrutaba como nadie. Me dijo que nunca le había entusiasmado tanto una propuesta (según dijo, para ella un reto) como ésta. Me dijo que esta vez, sí iba a funcionar.
Justo en ese momento, l@s niñ@s iban entrando por las puertas del edificio. Comenzaba un nuevo día para ellos, con nuevas historias, cuentos, dibujos...
Cuando todos se ubicaron en sus correspondientes pupitres, Rosa comenzó a hablar.
- ¡Buenos días! Hoy vamos a jugar a un juego. - dijo muy alegre - Hoy nos vamos a dibujar a nosotros mismos.
Aquí daba comienzo su propuesta de taller de cine.
Los pequeños respondieron activamente puesto que les encantan dibujar. Algunos se pintaban con sus juguetes preferidos, otros con sus deportivas nuevas... La cosa fluía y Rosa se entusiasmaba por momentos. Pasado un rato, recogimos los dibujos y ¡menudos dibujos!
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