Con esta actividad quisimos poner en práctica toda su capacidad crítica con ellos mismo y su habilidad dibujando.
Las risas alegraban el ambiente. A los niños les encantó verse en la tele. Pero esta sólo era la primera propuesta de Rosa. Todavía quedaban algunas más por poner en práctica.
No me lo podía creer, ni tampoco entendía que es lo que podía haber pasado en las otras dos ocasiones. Pero eso daba igual en ese momento. Estaba más feliz que una perdiz, al igual que Rosa. Bueno me atrevo a decir que ella estaba disfrutando más que yo.
¡Los niños pedían repetir!¡No nos lo podíamos creer!
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