Hoy era el gran día. El gran día, en el tras muchos esfuerzos y constancia, sacábamos a la luz la obra final del taller. Se trataba de una película en la que los protagonistas eran los propios niños. La temática era sencilla y conocida por ellos. Se trataba de representar el cuento de "los tres cerditos".
En primer lugar, montamos un teatro y posteriormente lo convertimos en un film para que ellos pudiesen ver el resultado.
Recuerdo que conversando con Rosa acerca del taller, minutos antes de comenzar la sesión, me dijo esto: "Recuerdo que de niña me llevaban al cine mi padre, mi madre o mi hermano y que mi primera sensación fue la de penetrar en un mundo mágico: la alfombra mullida, el olor a palomitas de maíz frescas, la oscuridad, la sensación de seguridad. Un mundo de sueños. Un lugar que provocaba y agrandaba nuestra imaginación”. Sus palabras me conmocionaron.
¡El resultado por parte de los niños, volvía a ser positivo!
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